
En un lugar de… Cervantes
El 22 de mayo tuvo lugar nuestro mensual Encuentro Cervantino, esta vez a cargo de dos de los vocales de nuestra asociación, Dña. María José Cabrera Pereda y D. José María Jiménez Herrera.
De su presentación se ocupó, nuestro muy estimado socio D. Francisco José Romancos quien en su introducción diría: «Tengo el honor de presentar este tercer Encuentro Cervantino de la Asociación de Cervantistas de Sevilla, en el cual nos disertarán D. José María Jiménez Herrera y Dña. María José Cabrera Pereda, vocales de esta asociación, sobre un tema con un título tan sugerente como: “En un lugar de…Cervantes”. Cervantes y su lugar o posible lugar de nacimiento como referencia. Tema difícil por la falta de datos certeros, contrastados científicamente, relativos a la episteme y no a la doxa, pero la verdad es un método y todo lo bello es difícil como bien escribirá Platón, el de anchas espaldas, que fue el primero que distinguió la doxa (opinión), de la episteme (conocimiento científico).»


Según el profesor Romancos: «El lugar de nacimiento era un referente fundamental en la época sólida, con relación a la modernidad líquida en la cual vivimos, estructuralmente cambiante. Para saber quién era una persona se solía decir: “Don fulano de tal, natural de…», «el hijo de…”
En árabe suele ser mucho más compleja la fórmula ya que incluye lo que va más allá del nombre personal: nombre de pila, nombre del padre (patronímico), el sobrenombre, el título honorífico y, a veces, el nombre de la tribu y/o lugar de origen de la persona. Este es un tema importante, el de la construcción de los nombres, el saber sobre los nombres para conocer mejor a la persona.
¿Quién era Cervantes? El lugar de nacimiento hacía referencia al ethos de la persona, a su ética, al lugar, la guarida, según Lledó, de donde uno procede que es el lugar donde se encuentra más seguro y configura y predestina su carácter. Según los griegos clásicos el carácter de la persona es su destino.»
El acto se estructuró en dos partes, la primera de ellas dirigida por nuestro estimado José María Jiménez y la segunda por nuestra querida María José Cabrera. El tema prioritario no era otro que disertar sobre el origen de nuestro ilustre autor, citando para ello cervantistas de todas las épocas —como Gregorio Mayans y Siscar (1699-1781) o Jordi Bilbeny (1961)— y lo que en su momento aportaron al universo cervantino, vinculando su obra literaria a su vida personal, en un intento de desvelar datos sobre su origen tomando como fuente su literatura, con bastante frecuencia.
Según Mayans y Siscar, los siguientes tercetos encadenados del Viaje del Parnaso desvelan su lugar de nacimiento:
«Adiós», dije a la humilde choza mía;
«adiós, Madrid; adiós tu Prado y fuentes,
que manan néctar, llueven ambrosía;
adiós, conversaciones suficientes
a entretener un pecho cuidadoso
y a dos mil desvalidos pretendientes;
adiós, sitio agradable y mentiroso,
do fueron dos gigantes abrasados
con el rayo de Júpiter fogoso;
adiós, teatros públicos, honrados
por la ignorancia, que ensalzada veo
en cien mil disparates recitados;
adiós, de San Felipe el gran paseo,
donde si baja o sube el turco galgo,
como en gaceta de Venecia leo;
adiós, hambre sotil de algún hidalgo,
que por no verme ante tus puertas muerto,
hoy de mi patria y de mí mismo salgo».
María José Cabrera, enfoca su disertación en la aportación de D. Leandro Rodríguez, de quien fue muy buena amiga, uno de los mayores expertos en estudios cervantinos y que sostenía la teoría del origen sanabrés de Cervantes.
Tras una magnifica exposición que deja claro todos los posibles lugares de nacimiento que se le atribuye al autor del Quijote, se concluye la disertación con la mención al investigador nacional, D. José de Contreras, sobre su investigación sobre el origen cordobés de Miguel de Cervantes Saavedra, que desde el equipo Memoria de Cervantes se está llevando a cabo desde hace un par de años.
